Época: XX20
Inicio: Año 1950
Fin: Año 1960

Antecedente:
La posguerra española

(C) Virginia Tovar Martín



Comentario

La actitud de los artistas -como todo lo cultural en los años cincuenta y sesenta- estaba muy politizada; sin embargo, unos trabajaban en un campo más abiertamente político que otros, en un deseo de transformar la sociedad mediante la denuncia. Es el caso de Estampa Popular, que se mueve en el ámbito del realismo social de la posguerra europea, con una actitud que habíamos visto en la Alemania de los años treinta y la Nueva Objetividad. El carácter social y la voluntad transformadora les llevan a dedicarse con preferencia al grabado, que les permite vender a precios más bajos que la pintura, tratando de funcionar al margen de los circuitos habituales del comercio de arte y las galerías.Estampa Popular no era una escuela artística, sino un movimiento con varios grupos locales. El de Madrid lo fundó en 1958 José Ortega (1921-1991), miembro del Partido Comunista de España y represaliado en diversas ocasiones por su oposición política. Había otros en el País Vasco y en Valencia. Las raíces plásticas de Estampa Popular están en los dibujos y grabados de la guerra civil, en los grabadores políticos mexicanos y en dos pintores españoles que, desde otros puntos de vista, tienen muy poco que ver con éstos: Ortega Muñoz (1905) y Rafael Zabaleta (1907-1960). Como ellos Estampa Popular se ocupó con preferencia del mundo rural y campesino, apegado a una imagen tópica, sin atreverse todavía a abordar temas urbanos, de fábricas, huelgas, etc., y éste es uno de sus puntos débiles. Contra él reaccionó Agustín Ibarrola, el más sensible de todos a la temática industrial y urbana, y reaccionó también Estampa Popular de Valencia, de donde salió uno de los grupos más importante que trabajaron en España en los años sesenta y setenta, el Equipo Crónica.La politización era tan fuerte por estos años que en Estampa Popular colaboraban, sin que eso les planteara contradicciones, artistas que procedían de otros campos y que siguieron en ellos simultáneamente -informalistas, como Antonio Saura- o artistas desengañados de otras plásticas, como Agustín Ibarrola, que venía del arte analítico del Equipo 57.